El experimento de clase alternativa que tan buenos resultados me dio
hace unos días con los alumnos de 4º de ESO me ha animado a
continuar por esta senda extendiendo el mismo enfoque también a mis
alumnos de 2º de bachillerato. Hacerlo en la asignatura de Historia
de la Filosofía, sin embargo, me parecía demasiado arriesgado,
puesto que esta materia tiene un peso académico muy importante, y
aunque todavía estamos sumidos en la incertidumbre, parece muy
probable que mis estudiantes tengan que examinarse de estos
contenidos en un examen final de reválida que, aunque no tendrá
este año efectos académicos para titular, sí que puede influir en
su nota para el acceso a la universidad. Por eso me ha parecido mucho
mejor probar este enfoque pedagógico con mis alumnos de psicología,
ya que esta asignatura no está sujeta a las mismas restricciones que
la Historia de la Filosofía.
Así,
lanzándome sin red, a la hora de comenzar la segunda unidad del
temario me decidí a dejar de hablar y a permitir que fueran los
propios alumnos los que buscasen la información por su cuenta. De
hecho, mis estudiantes disponen de muchas fuentes para trabajar los
contenidos de cada unidad, porque además de unos apuntes
fotocopiados que les he proporcionado, siempre cuentan con el apoyo
de las presentaciones y los enlaces que dejo a su disposición en el
blog http://psychocervantes.blogspot.com
Por lo tanto, la apuesta era arriesgada, pero no tanto, ya que todos
los estudiantes contaban con recursos bien estructurados para
trabajar. En realidad, lo que he hecho ha sido sustituir mi clase
tradicional, en la que me solía pasar la hora hablando y comentando
mis propias presentaciones, por tres sesiones de trabajo en grupos
cooperativos, que se han desarrollado en el aula de informática.
Trabajando en equipo los alumnos tenían que responder las preguntas
del cuestionario final del tema, para lo cual necesitaban leer los
apuntes y consultar las presentaciones que yo les había dejado
preparadas. Tengo que decir que el experimento ha salido
magníficamente bien. No sé si será porque mis alumnos son
especialmente serios, trabajadores y responsables, o si será porque
esta manera de trabajar les estimula y les divierte más, pero lo
cierto es que en el aula de informática he visto a todos los
estudiantes activamente interesados en responder las cuestiones,
preguntándome frecuentemente y trabajando con gran entusiasmo en la
elaboración de sus respuestas. El hecho de que la materia se imparta
en inglés añade, además, una dificultad adicional para aquellos
alumnos que no dominan bien este idioma, lo cual ha servido por otra
parte para que aprovechen los recursos que ofrece Internet a la hora
de buscar las palabras adecuadas para expresar en inglés lo que
querían decir.
El resultado está para mí cada vez más claro. Animar a los alumnos
a investigar y a aprender por sí mismos, cuando la actividad está
bien pensada y estructurada, rinde mucho más provecho que gastar el
tiempo en hablar sin medida mientras los aburridos estudiantes
escuchan y copian. Ahora el reto consiste en extender esta forma de
trabajar para que lo que he puesto en marcha no sea únicamente una
aventura puntual, sino que pase a ser mi manera habitual de hacer las
cosas en el aula. ¿Tendré la fuerza, la confianza y la energía
necesarias para lograrlo?
Te veo en un camino sin retorno y lleno de grandes encrucijadas que lo hacen muuuuy emocionante.
ResponderEliminarCon lo que a mí me gusta que me den una buena exposición alguien que controla y vive lo que está contando ... Me siento como una Lazy Student vocacional a la que se le acaba el chollo!